2008/01/14

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  • Michał Zygmunt: los artistas desesperados
  • Café Babel, 2008-01-14 # Natalia Sosin - Varsovia

Este escritor de 30 años, autor de New Romantic, periodista y redactor de la sección literaria de una revista gay, habla sobre la fascinación por la política, la izquierda y la religión.


Michał Zygmunt vivió hasta no hace mucho en Wrocław (Polonia), pero un día se sintió sofocado: cuando se destruyó su matrimonio de muchos años y surgieron a raíz de esto muchas amistades, apareció en él el gen del nómada que como él mismo afirma, heredó de la familia judía de su abuelo. Partió entonces a Varsovia, donde publicó su primer libro y donde sin lugar a duda vive bien.


Nos encontramos en un restaurante en el varsoviense Mokotów, barrio de intelectuales donde reside Zygmunt: “Me recuerda sobre todo a mi familia de Wrocław”. No parece un revolucionario (¿pero cómo se distingue a un revolucionario?): es irónico, inteligente y conciso.


Animal político
La política le interesa “desde siempre”: realizó su primera entrevista a la edad de nueve años con el portavoz comunista del gobierno polaco, Jerzy Urban. Durante su adolescencia pasó por diferentes organizaciones políticas de jóvenes, debutando en la extrema derecha Młodzieży Wszechpolskiej. “Comencé como un fuerte derechista, incluso viajé a un campo de vacaciones donde ocurrían hechos extraños, también de proveniencia homoerótica. Me desanimó, sin embargo, el hecho de que para ellos, la política significaba sentarse en un sofá y conversar”. Hoy en día se reubica en la izquierda, aunque por su fuerte instinto de outsider intenta siempre distinguirse. La izquierda polaca, que lucha contra el vergonzoso pasado del comunismo, tiene según él más oportunidades de escapar de la inmovilidad y el verdadero problema de la política contemporánea se encuentra en otro lugar: “Hoy en día la socialdemocracia se asemeja a la derecha y la derecha a la izquierda”. Expresa estos temores en su libro: “Es un libro sobre la postpolítica, donde las divisiones desaparecen, lo que en consecuencia podría representar una loca amenaza, no sin razón se refiere a la Fracción del Ejército Rojo alemana que tomó la palabra cuando desaparecieron las divisiones en la escena política alemana… Por desgracia, a la Historia le gusta repetirse”.


Tampoco ahorra críticas contra los gobiernos izquierdistas de Europa occidental, implicados en grandes negocios: “Europa se enfrenta por partes a problemas similares. La ausencia de ideales conduce al nacionalismo. No se da suficiente importancia al hecho de que el beneficio no debería ser el fundamento de las actividades humanas y lo más importante debería ser la dignidad del hombre. El sistema de ascenso laboral se apoya en las amistades y tiene muchas deformaciones. ¿Por qué los supermercados Tesco pagan poco?, ¡tiene medios para ofrecer buenos sueldos!”


A pesar de ser un izquierdista declarado, no se hace ilusiones en cuanto al carácter de las huelgas en Europa Occidental: “Por supuesto que la mayoría de los paros surge de la codicia de la gente o por costumbre a la comodidad. Los privilegios deberían ser atribuidos una persona concreta y no a un grupo profesional entero”.


La sensibilidad social y la desilusión política lo llevaron en 2002 a tomar la decisión de presentarse como candidato a las elecciones para la presidencia de Wroclaw. La campaña del comité “Estrellas en los cabellos” fue un evento que dejó al descubierto el carácter absurdo y el nepotismo de la vida política. “Para lograr estar en la lista, fue necesario inventar un poema en mi honor. Queríamos ridiculizar las relaciones existentes entre el líder y los miembros del partido político. Además quería tener la posibilidad de discutir en los debates con otros candidatos”.


New Romantic
Hace poco, en su nuevo libro Zygmunt dio un golpe fuerte a los actores políticos polacos. En “New Romantic” enumera y “da muerte” a los principales políticos polacos, va aún más lejos y ridiculiza los defectos y los complejos polacos. Se burla del consumismo, de los neorománticos, los devotos, los retrógrados y los intelectuales: “Tuve una idea general: hacer cuentas con los mitos polacos, que forman parte de la base de un modelo de cambio social donde cuenta la entrega de ofrendas con sangre”.


Al mismo tiempo reconoce que no imagina vivir y escribir en otro lugar. “Puedo partir y no lo hago; quizás esto prueba que quiero vivir en Polonia. Viví durante un año en Holanda y en Gran Bretaña, pero Polonia es mejor. Además, lo que me molesta me motiva a actuar”, concluye con una sonrisa, y agrega: “En Holanda el grado de emoción es nulo. Todo es tan increíblemente tranquilo, que lleva a la locura. Eso es tal vez bueno para alguien que quiere ahorrar y tener calles limpias, pero la mayoría de los artistas más bien se desespera”.


La desilusión de la religión tuvo también una gran influencia en la creación de sus obras: “Alguna vez frecuentaba la iglesia, pero me faltaban las emociones religiosas y entendí que no era algo para mí”. Hoy en día, opina que “la religión es un medio de propaganda política del peor tipo porque contiene dogmas y castigos, y dentro de esto no se da cabida a la discusión. Es una forma de manipulación, tanto para el islam en oriente como para el catolicismo aquí, el sistema basado en el miedo es malo”.


Hoy Europride, mañana comercialización del movimiento
Michal Zygmunt es también redactor de la sección literaria de la revista gay Dik Fagazine, donde también se mantiene como un outsider y no quiere involucrarse en el movimiento gay: “A nosotros nos interesa la cultura, no queremos ser relacionados con los activistas. Dik se vende en muchos países del mundo, incluso en Estados Unidos y en Japón, nos encargamos de la organización de eventos, muestras del trabajo de artistas vinculados con nosotros, etc. En resumen, nos ocupamos de aquello de lo que nadie se ocupa”.


Ve con tranquilidad el futuro del movimiento gay, probablemente porque frecuentó círculos intelectuales y nunca se encontró con manifestaciones de agresión. “Aquí funciona el efecto del hábito: en la actualidad tenemos consolidada la Europride, que atrae alrededor de un millón de personas. Pienso que a partir de 2010 vamos a hablar ya de la comercialización del movimiento en Polonia”.


Con igual lucidez habla de sí mismo y de su trabajo: “El periodismo es bueno y permite ganar dinero. Escribir sirve para satisfacer las necesidades que se pueden denominar metafísicas. Tengo muchas ideas para nuevos libros, pero soy consciente de que autodenominarse escritor es una farsa cuando se publicó un solo libro". Confieso también ser excepcionalmente crítico con mi propio trabajo: “Estoy tan harto de este libro... lo terminé y consideré que lo que escribí es débil. Quise incluso retirarlo de publicación pero ya era demasiado tarde”, y menos mal, pues New Romantic se encontró con reacciones muy positivas tanto de parte de los críticos como de los lectores.

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