2008/06/12

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  • La religión como fuente de salud
  • El obispo Uriarte defiende la «fuerza terapéutica» contenida en la fe durante una charla en el Hospital Donostia
  • El Diario Vasco, 2008-06-12 # Juanma Velasco · DV · San Sebastián

«La espiritualidad promueve la salud». Y no es blasfemia. Hay estudios que aseguran que quienes «van a la iglesia y a la sinagoga tienen más salud física y mental y disfrutan de un sistema inmunológico más saludable». Milagros aparte, la religión cristiana no cura enfermedades pero es «creadora de salud» porque genera en sus fieles «actitudes mentales, vitales y prácticas» saludables. Y es que «no hay salud sin norte en la vida».


El obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, echó mano de un largo repertorio de estudios y alusiones a expertos en distintas disciplinas para disertar sobre «la potencial salud integral contenida en el evangelio y la fuerza terapéutica de la palabra de Dios». Bajo el título Religión y salud, Uriarte participó ayer como ponente en la última conferencia dentro del ciclo Diálogos de Ética, Humanismo y Ciencia, organizados por el Hospital Donostia en colaboración con la Diputación de Gipuzkoa y la Caja Laboral.


Para el prelado donostiarra, «hombres y mujeres necesitan de objetivos que los motiven». Requieren de un «sentido global» de la vida cuya «carencia es hoy percibida como uno de los factores patógenos más relevantes».


Es ahí donde actúan las «repercusiones bienhechoras de la religión sobre la salud». Según las palabras de Uriarte, la fe «favorece la prevención de las enfermedades modernas», aquellas «que llevan un componente originario de orden psíquico como el estrés, la tensión, los conflictos y contradicciones de la vida actual...»


«Bulimia colectiva»
Para Uriarte, estas dolencias vienen generadas, «más o menos directamente», por un «estilo de vida insano, de abuso de comer, fumar, beber, escaso ejercicio físico...». Todos ellos, riesgos que se podrían «reducir sensiblemente» con una «vida inspirada en la fe y reciamente motivada en el evangelio». La religión ofrece «resistencia» ante la «bulimia colectiva bajo la que se esconden la ansiedad y el aburrimiento». De hecho, la «verdadera vida religiosa tiende a educar en la sobriedad, a compartir, interpela nuestra conciencia social y nos recuerda el compromiso de contribuir a una distribución más justa de los bienes materiales en el entorno cercano y en el Tercer Mundo».


El obispo distinguió en su conferencia «las religiones sanantes» de las que no lo son y recordó que han existido «gestas religiosas sumamente saludables para el mundo y también ondas destructoras generadas incluso en nuestros días por algunas religiones».


Para el prelado donostiarra una «religión auténtica no olvida que el ser humano es también doliente, pero sabe que el fin del hombre es la dicha y no el dolor. Por eso se ocupa de que sus seguidores eviten el sufrimiento evitable, alivien y acompañen el sufrimiento inevitable, intenten suprimir el dolor provocado por la injusticia humana y sufran con los que sufren».


En este sentido, Uriarte tuvo palabras para los profesionales del Hospital Donostia que, a menudo, se enfrentan a situaciones de pacientes con enfermedades irreversibles. A ellos, les pidió «ayudarles a digerir su situación extrema, hacer emerger la esperanza, cuidar y acompañar desde el silencio, desde el gesto de afecto, el servicio cariñoso, el contacto corporal, los silencios respetados, las palabras verdaderas»...


Las misas del prelado en la cárcel
Juan María Uriarte hizo alarde de buen humor y salud en su conferencia de ayer ante un centenar de asistentes, la mayoría profesionales médicos del Hospital Donostia. A sus 75 años recién cumplidos el pasado sábado -edad de jubilación que le ha llevado a presentar ya su renuncia-, el prelado no dudó en intercalar guiños e ironías entre punto y punto de la materia que disertaba. Incluso, acabó su comparecencia invitando a comer a todos los asistentes. «Estáis invitados en cualquier restaurante de San Sebastián. Pero nada de menú del día, a la carta. Pasáis la nota al obispado», afirmó.


Además, refiriéndose al descenso de fieles, Uriarte recordó que uno de los sitios donde «más a gusto» se encontraba era en la misa de la cárcel de Martutene. «Allí es donde encuentro una mejor proporción entre hombres y mujeres y donde la edad media de fieles es la más baja de toda Gipuzkoa».

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