2008/08/14

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  • La androginia
  • Soitu, 2008-08-14 # M. Pérez, J. J. Borrás y X. Zubieta

"Androginia" es un término derivado del griego, ανήρ, que significa "hombre"; y "γυνή", que significa "mujer". Puede referirse a cualquiera de los dos conceptos relacionados con el género. Ya sea la mezcla de las características masculinas y femeninas o, en un sentido más simbólico, la mezcla de opuestos.


El término "androginia" apareció en una publicación por primera vez en 1552, aunque este dato se pone en duda por parte de algunos historiadores. Una persona andrógina es alguien que no responde típicamente a los roles sexuales establecidos por la sociedad. Muchas personas andróginas se identificarían en un punto medio entre lo masculino y lo femenino. Hay quienes llegan al extremo de afirmar que no tienen género, que no son ni hombres ni mujeres, sino andróginos.


La androginia consiste en tener rasgos de personalidad (características psicológicas) tradicionalmente asignados tanto a los varones como a las mujeres. La idea que subyace a la androginia en algunos sectores es la de liberarse de las restricciones de los roles tradicionales de cada género y animar a cada persona a definirse a sí misma como un ser humano.


Cuando se dice que alguien es andrógino significa que su comprensión de los roles sexuales es flexible, a diferencia de la gran mayoría. Dichos roles pueden estar directamente relacionados con determinadas actividades, con su apariencia o con su interés sexual. En este sentido, podemos decir que los tiempos han ido cambiando y hay una tendencia a flexibilizar los roles sexuales en la sociedad, por lo menos en ciertos aspectos. Es así que, por ejemplo, hay mucha ropa que puede considerarse "unisex", por su apariencia y que muchas actividades o deportes están abiertas al sexo masculino, al femenino, y a las variantes intersexuales.


En nuestra cultura se tiende a estereotipar las diferencias de género. El problema es que dichos esquemas suelen aplicarse de forma rígida, convirtiendo determinados estereotipos en algo inamovible y limitador. Algunas corrientes tratan de romper este esquema proponiendo la androginia como el ideal para cualquier persona; de forma que como ser andrógino pueda desarrollar tanto cualidades consideradas típicamente masculinas como femeninas, rompiendo el monopolio de cualidades que generalmente se asocian al hombre o a la mujer.


Conocimos, hace algunos años, en el Congreso Mundial de Sexología, en Caracas, a una persona, de sexo biológico masculino, que se definía transgenerista y se vestía y actuaba como hombre o como mujer según le apetecía: lo podías encontrar desayunando vestido de John y con un vaporoso traje de cóctel a la hora de la cena trasformado en Joan. La verdad es que resultaba un poco chocante y curioso el atrevido personaje que, según decía, no estaba dispuesto a vivir constreñido al mandato social que le imponía una rígida separación de roles.


¿Cuánto te preocupa ceñirte a los gustos y actividades tradicionalmente propias de tu sexo? ¿Hay cualidades del sexo opuesto que te gustaría tener o desarrollar? ¿Cuánto te afecta la rigidez que impone los roles de género? ¿Alguna vez has fantaseado con cambiar de género?

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