2008/08/11

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  • Luis Merlo: pregonero sensible y comprometido
  • La Verdad, 2008-08-11 # Josep E. Rico
Luis Merlo digamos que vino, vio y venció. Y nos convenció a todos. Se metió en el bolsillo al numeroso público que abarrotó la Plaça de Baix. Nos puso a flor de piel, tocando nuestra fibra o esencia del ilicitanismo, de la identidad autóctona de Elche. Fue un magnífico pregonero, que se mostró muy entregado, sensible, comprometido, y permítanme el juego de palabras; emocionado, emocionante y emotivo. Con un ajustado tiempo de visita para leer el pregón, dar inicio oficial a las fiestas y cenar con autoridades, entes festeros y Reinas y Damas, hasta su tempranero regreso a Madrid para reincorporarse a su trabajo. Luis Merlo ejerció simultánea y compartidamente de sí mismo, pero a la vez de sus más importantes personajes: Héctor (El Internado) y Mauri (Aquí no hay quien viva).


Simpático, agradable y sonriente, a la par que demasiado visiblemente nervioso (lo que le hizo balbucear en alguna ocasión, fallo que no ensombreció su fenomenal discurso), Luis Merlo repasó todos los temas propios de Elche como si conociera de toda la vida la ciudad y su identidad. Su metafórica expresión, enfatizada con tono enervante sobre el regreso de la Dama, manifestando que el busto «llora en Madrid esperando volver a su casa», alzó gritos de júbilo y calurosos aplausos de aprobación, al tiempo que el público le reverenciaba coreando su entrañable nombre de ficción: «Mauri», a lo que Merlo respondió repartiendo efusivos besos.


Sus alusiones populistas al ansia de fiesta, «tras un año de curro, os lo tenéis merecido», y las menciones al Palmeral y al Misteri como Patrimonios de la Humanidad, gustaron muchísimo, sobre todo la relación que Merlo estableció entre el Misteri (como universal joya teatral, oral, inmaterial e intangible) y su profesión de actor. Recordó acertadamente el más que milenario carácter hospitalario de brazos abiertos de los ilicitanos hacia los inmigrantes, para acabar vitoreando a la Patrona, la Virgen de la Asunción, a las fiestas y a Elche en sí como ciudad ejemplar, única en el mundo.


Quizá, el detalle más destacado reside en la acogida que hacia su persona le tendimos los ilicitanos allí presentes ante el balcón principal del Ayuntamiento.


A todo hay que añadir especialmente la cantidad de piropos que se le lanzaron desde todos los rincones de la Plaça de Baix. Merlo, rompiendo el protocolo (creo que ningún pregonero lo hizo antes o al menos no lo recuerdo) se abalanzó hacia la primera fila de público dando apretones de manos, besos y abrazos a chicas jóvenes y hasta a un grupo de homosexuales, fieles fans de su personaje Mauri, muestra de la pasión que levanta en este colectivo.


Enhorabuena, pregonero. Gracias, Luis Merlo.

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