2008/10/07

> Berria: Arrazakeria > DONOSTIA: LOS DOS HOSTELEROS DETENIDOS DENUNCIAN A LA POLICIA LOCAL POR AGRESIONES

  • Los dos hosteleros detenidos denuncian a la Policía local por agredirles a ellos y a su hija
  • La guardia municipal de Donostia les acusa de atacarles tras una queja por ruido
  • Una menor, los dos arrestados y dos agentes resultaron heridos en el altercado ocurrido en el Balaklava el domingo
  • Noticias de Gipuzkoa, 2008-10-07 # Ane Paguey · Donostia

Los dos hosteleros detenidos el domingo en Donostia por la Guardia Municipal interpusieron ayer una denuncia en el Juzgado de Guardia de la capital guipuzcoana por las presuntas agresiones policiales recibidas durante su arresto tanto por ellos como por la hija de la mujer, de 12 años, que tuvo que ser atendida en urgencias de una crisis nerviosa, un traumatismo facial y dolor abdominal. El padre de la niña, además, interpuso ayer otra demanda por las heridas sufridas por la pequeña durante los incidentes.


Tras pasar la noche en dependencias policiales, Araceli y Sandro, que regentan el bar Balaklava en el barrio de Ondarreta, pasaron por la mañana a disposición judicial acusados de agredir a los dos policías que acudieron a su establecimiento tras una queja vecinal por ruidos.


Los acusados, que fueron puestos en libertad con cargos, por su parte, niegan haber golpeado a los agentes, denuncian que las víctimas del ataque fueron ellos y reprochan a la Guardia Municipal la falta de atención a la niña herida, que recibió asistencia médica porque un ciudadano llamó a una ambulancia.


La mujer arrestada, Araceli R., de 38 años, también tuvo que ser asistida en el hospital, adonde fue trasladada por la policía tres horas después de su detención para que fuera atendida de sus heridas. Según el informe médico, al que tuvo acceso este periódico, la hostelera presentaba "traumatismo en la rodilla izquierda, dificultad para deambular, cojera, flexión imposible por encima de los 90º y dolorosa, y signos de derrame intraarticular".


En la mano derecha se observaban además "dos hematomas sin colección líquida". El diagnóstico de los médicos fue de "artritis traumática de la rodilla izquierda", por lo que se le aplicó un "vendaje compresivo" y se le dio el alta con la recomendación de "reposo y elevación de miembro".


El marido de Araceli, Sandro, también presentaba hematomas en un brazo, aunque, según su testimonio, cuando la Guardia Municipal le comunicó que iban a trasladarle a un centro sanitario, era de madrugada y habían pasado al menos ocho horas desde el supuesto ataque, por lo que rehusó ser atendido.


El concejal de Seguridad Ciudadana de Donostia, Ernesto Gasco, aseguró ayer que las víctimas de los ataques fueron los guardias municipales y subrayó que el altercado se saldó con dos agentes heridos. En concreto, el edil afirmó que dos policías tuvieron que "ser ingresados en la clínica de la mutua Pakea", ya que el varón detenido derribó a "una agente que cayó por la escalera" y "golpeó al otro en la cabeza con una llave inglesa".


El parte de la Guardia Municipal, al que tuvo acceso este periódico, sin embargo, refería que el presunto ataque se produjo con un candado de la propietaria, no con la herramienta mencionada por el concejal. Según Gasco, el policía ya ha recibido el alta y se encuentra trabajando y la agente "posiblemente" esté de baja a causa de una "fisura ósea".


En su denuncia de los hechos, Araceli y Sandro cuentan con José Fernando E. y Geisy Carolina T. como testigos. Ambos se encontraban en el bar Balaklava durante los incidentes y coinciden con los acusados en que los municipales "en ningún momento se identificaron" e hicieron un "abuso de su autoridad".


Araceli reconoce que ella se alteró cuando dos agentes, vestidos de paisano, se personaron en su local pidiéndole que bajara la música y que les presentara su documentación, ya que ellos "no presentaron sus credenciales de policías". Sin embargo, niega, como dice el parte de la Guardia Municipal, que subiera aún más la música y subraya que "en ningún momento" les agredió. De hecho, tanto la mujer como José Fernando y Geisy Carolina aseguran que fue Araceli la que fue empujada escaleras abajo y, a consecuencia de ello, se lesionó la rodilla, tal y como indica el parte médico de los servicios de urgencias.


Geisy Carolina y José Fernando afirman, asimismo, que tras los hechos trataron de interponer una denuncia en la Comisaría de la Guardia Municipal. Sin embargo, "la oficial de guardia dijo que estaba muy ocupada y que no nos podía atender", relata José Fernando.


  • El Ayuntamiento asegura que "todo fue fruto de la encerrona de los clientes a los policías"
  • Gasco subraya que "unas doce personas, todos sudamericanos" rodearon y agredieron a los agentes

El concejal de Seguridad Ciudadana de Donostia, Ernesto Gasco, afirmó ayer que durante los incidentes del bar Balaklava del domingo una menor "pudo" ser herida y que "su padre fue a buscarla al hospital", aunque aseguró no saber cuáles fueron las causas de que la niña sufriera lesiones y subrayó que "no fue abandonada por nadie".


El edil rechazó además cualquier responsabilidad por parte de la Guardia Municipal en las supuestas agresiones que se infligieron a la pareja detenida, Sandro y Araceli, y a la hija de 12 años de ésta, llamada Doris.


Así, aseguró que "la realidad es muy distinta" a como la cuentan los testigos de lo ocurrido, ya que, según su versión, los policías fueron atacados violentamente por los propietarios y los clientes del bar sin que mediara ninguna agresión previa.


Según su relato de los hechos, los vecinos llamaron al Ayuntamiento porque "un establecimiento regentado por ciudadanos sudamericanos emitía ruidos a las 14.00 horas del domingo a una intensidad altísima que no les permitía descansar". Dos agentes de la Unidad de Control de las Ordenanzas Municipales (UCOM) se personaron entonces en el lugar, hicieron una medición en las viviendas y comprobaron que el índice de ruido del bar era "muy superior a lo permitido". Por ello, los policías se dirigieron al establecimiento, en el que "había unas doce personas, todos de países sudamericanos", reiteró.


Según Gasco, los guardias se identificaron debidamente y la dueña del bar se negó a hacerlo, por lo que se entabló una discusión y "lo primero que hizo el acusado fue tirar por las escaleras a una agente y, posteriormente, golpear con una llave inglesa al otro". En ese momento, el concejal aseguró que "todas las personas que estaban allí rodearon a los policías e intentaron agredirles" y que "todo lo demás fue fruto de la encerrona que hicieron los clientes de ese bar a los policías".


Sin embargo, el responsable de la Guardia Municipal dijo que las patrullas sólo detuvieron a dos personas y no arrestaron ni tomaron declaración al resto de los que, supuestamente, participaron en la trifulca.


El edil donostiarra insistió en que el Balaklava tiene "denuncias diarias por ruidos" y consideró que "deberíamos saber qué tipo de bar es, qué tipo de clientela y con qué tipo de características mucho antes de intentar enjuiciar a las autoridades". Gasco mostró además su preocupación porque "se extienda que aquí la gente campe con normas que no son propias de nuestra ciudad", a lo que añadió que el comportamiento de las personas que regentan el establecimiento Balaklava "no es el habitual de los hosteleros de Donostia". Por ello, advirtió de que no va a permitir "estos comportamientos, aunque en otros países se den", y agregó que "hay bares de ciertas características que funcionan como funcionan".


Respecto a los incidentes ocurridos y a las agresiones que denuncian los detenidos, Gasco afirmó: "No creo que tenga la menor importancia, lo que hay que hacer es un buen trabajo y apoyar a la Guardia Municipal porque, si cada vez que hay una actuación y salen agredidos se les pone en el juicio de las tribunas públicas, mal iremos".

  • "Me decían 'negra' mientras me pegaban"
  • La comunidad dominicana de Donostia se pone en contacto con SOS Racismo para una movilización

Araceli y su marido Sandro, así como sus clientes Geisy Carolina, José Fernando y Merche, aseguraron ayer que la supuesta agresión que recibieron por parte de agentes de la Guardia Municipal en el bar Balaklava tuvo un componente racista. "Me decían 'negra' mientras me pegaban", relató Araceli, una dominicana afincada en Gipuzkoa desde hace casi una década y denunciada, junto a su pareja, por agredir a dos policías que fueron a ponerle una denuncia por ruidos en su bar.


"Las acusaciones son muy graves y nunca nos habíamos encontrado con algo así", afirmó ayer la presidenta de la Asociación de Dominicanos de Gipuzkoa, Belkis John. Ella, que conoce a Araceli desde hace muchos años, subrayó que se trata de "una mujer trabajadora y luchadora, gente normal y no unos delincuentes" y aseguró que la asociación que preside "apoya al 100%" a la pareja.


Por ello, se han puesto en contacto con la delegación de SOS Racismo en Donostia y han solicitado asesoramiento a esta organización, ya que la comunidad dominicana de la capital, apoyada por otros grupos de inmigrantes latinoamericanos, está "indignada".


De hecho, van a convocar una concentración, probablemente frente al ayuntamiento, para denunciar un trato que consideran "racista y xenófobo". "Nunca había ocurrido algo así, esto no es propio de una ciudad como Donostia, donde no hemos tenido ningún problema. No queremos que esto vuelva a pasar, ni a dominicanos ni a vascos ni a nadie", recalcó Belkis John.


Respecto al informe policial que les acusa de pegar a los agentes e, incluso, de amenazarles de muerte, Araceli y Sandro reivindican su inocencia e inciden en que están recibiendo un trato "injusto" debido a su origen latino y se pregunta: "¿Pero cómo íbamos nosotros a pegar a los policías si íbamos desarmados y estábamos tranquilamente en un bar?"


Araceli, además, no confía en que la justicia se ponga de su parte: "Es su palabra contra la nuestra; ellos son policías y nosotros inmigrantes, ¿a quién van a creer?".

  • La menor, nerviosa pero sin problemas
  • La niña lloraba ayer mientras esperaba en el juzgado la puesta en libertad de su madre

Doris P. R., la menor que resultó herida durante los incidentes del bar Balaklava el pasado domingo, se encontraba ayer "muy nerviosa", aunque no presentaba ningún problema de salud. La niña, que tuvo que ser atendida por un golpe en la cara y una crisis de ansiedad después de ver cómo arrestaban a su madre y al marido de ésta, esperó ayer durante horas en los Juzgados de Guardia de Donostia a que liberaran a los detenidos.


Doris, quien había pasado la noche "llorando y muy alterada", según la amiga de la familia Geisy Carolina, sollozaba constantemente y pedía ver a su madre, con la que se reencontró tras la puesta en libertad de Araceli hacia las 14.30 horas.


La pequeña se mostró también indignada mientras el abogado de oficio leía el parte de la Guardia Municipal en el que se acusa a su madre y al novio de ésta de haber agredido, insultado y amenazado de muerte a los policías: "¡Eso es mentira, nos pegaron a nosotros, mira cómo tengo el labio!", le repetía la niña al abogado.

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