2008/02/17

> Berria: Oroitzapena > ALMODOVAR RODARA LA VIDA DE MARCOS ANA

  • Almodóvar rodará la vida de Marcos Ana
  • El director manchego adquiere los derechos de la biografía del poeta comunista
  • El País, 2008-02-17 # Joseba Elola · Madrid

Hace algo más de cuatro meses, el domingo 30 de septiembre, Pedro Almodóvar se enamoró de una historia. Fue un fogonazo que le asaltó al leer las páginas de este periódico.


Aparecía publicado en el suplemento Domingo un avance de las memorias de Marcos Ana, poeta que se convirtió en voz de los presos de la era franquista. Relataba su salida de prisión tras 23 años entre rejas: la luz cegadora, los mareos al circular en coche, el incómodo reencuentro con la libertad y el vértigo ante su primera experiencia amorosa, a los 41 años. Ese hombre temeroso que nunca había estado con una mujer, sus titubeos, esa prostituta que se enternece con su historia y no quiere cobrarle, ese paseo de madrugada por la Gran Vía y esa noche inolvidable se convirtieron rápidamente en celuloide en la cabeza del cineasta manchego. Al día siguiente, el mismo lunes por la mañana, Almodóvar pedía que le enviaran el libro. A los cuatro días decidía que quería conocer a Ana y hacer la película. La semana pasada cerró el acuerdo para hacerse con los derechos.


Subiendo las escaleras camino de su piso, Marcos Ana se queja de la rodilla, pero sube como un tiro: "No tengo tiempo para estar enfermo, por eso estoy así a los 88 años", dice. Desde luego, aparenta 65. Una foto del Che Guevara preside su librería. Con un puñado de cuadernos de poemas entre las manos, cuenta que su relación con el director manchego puede ser el inicio de una gran amistad, "como en el final de Casablanca". Ana -nacido Fernando Macarro Castillo, adoptó los nombres de su padre y su madre para firmar- ingresó en prisión a los 19 años y sobrevivió a abominables torturas y a dos condenas de muerte. En el año 1954, encerrado en una celda de castigo, empezó a escribir poemas apoyándose del revés del plato que le daban para comer. A la luz de un minúsculo candil, hecho con un tintero, alcohol y mecha, compuso versos que pronto trascendieron los muros de prisión y empezaron a ser publicados por comités de solidaridad en el exilio. Los compañeros presos que salían en libertad los memorizaban para poder dictarlos a su salida. Se convirtió así en una voz intramuros de la España perseguida.


Escribir sus memorias era una de sus asignaturas pendientes. Ya en una madrugada de 1963, apenas dos años después de salir de prisión, su amigo Pablo Neruda le abroncó tras una larga noche en que Ana le contó su vida: "¡Somos unos insensatos, las palabras se las lleva el viento, si hubiéramos tenido un magnetofón ya tenías escrito el libro!", exclamó el poeta chileno. Ana, humilde hasta decir basta, nunca osó negociar la publicación de sus poemas: "La poesía era un arma más para luchar por las libertades, no sé si mis versos son buenos o malos, sólo sé que fueron necesarios", dice con la lucidez de un hombre que sigue viviendo a contrarreloj, ganándole tiempo al tiempo, intentando recortar el efecto de 23 años entre rejas. Hace tres años, las presiones de sus amigos le llevaron a ponerse a escribir por fin sus memorias, Decidme cómo es un árbol (Editorial Umbriel-Tabla Rasa), el material en el que se basará Almodóvar, que hará dos películas antes de ésta (en mayo empieza a rodar Los abrazos rotos).


Gran amigo de Rafael Alberti, Ana es un comunista convencido: "Lo único que puede compensarme a mí es el triunfo de mis ideales", dice con voz cadenciosa, profundo. "Solidaridad es hoy la palabra más hermosa y más necesaria. Este mundo es muy injusto y eso tiene que explotar. Muchos jóvenes saben que otro mundo es posible".

> Berria: Abortua > MAS DE 1.500 MANIFESTANTES EN FAVOR DE LA INTERRUPCION VOLUNTARIA DEL EMBARAZO

  • Más de 1.500 manifestantes en favor de la interrupción voluntaria del embarazo
  • La marcha reivindicó en Pamplona el aborto “libre y gratuito" y denunció la situación en Navarra
  • Diario de Noticias, 2008-02-17 # Ekhiñe Pla · Pamplona

Más de 1.500 personas reivindicaron ayer en Pamplona el derecho al aborto "libre y gratuito" en una manifestación organizada por la Comisión por el derecho al aborto y que estuvo arropada por numerosos colectivos feministas y grupos sociales, así como por Nafarroa Bai y los sindicatos ESK, STEE-EILAS, ELA y LAB. En la marcha se denunció la situación de la interrupción voluntaria del embarazo en Navarra, donde "el gobierno de UPN impide la aplicación de la ley e incumple de plano la legislación vigente", así como se reclamó la falta de programas de educación y orientación sexual en los centros educativos públicos y la actuación del "poder judicial y su Policía".


A la manifestación, que partió a las 17.30 horas de la antigua estación de autobuses y recorrió las principales calles de Pamplona, acudieron entre 1.500 y 2.000 personas, según estimó la organización, y en ella se pudieron escuchar consignas como "fuera el aborto del código penal", "abortazteko eskubidea" o "el aborto es un derecho no un delito". La marcha finalizó en la plaza del Castillo con la lectura de un comunicado y la puesta en práctica, en sentido figurado, del lema "vamos a quemar la conferencia episcopal", al prender un cartel que representaba a la entidad religiosa, considerada por los manifestantes como "machista y patriarcal".


En el comunicado, leído por Miren Aranguren y Juana Aranguren, se denunciaron "las prácticas prevaricadoras del gobierno de UPN y la imposición de un modelo de relación familiar heterosexual". Asimismo, se exigió un cambio en la legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo porque "no solamente resulta limitada por seguir manteniendo el derecho del aborto como un delito, sino que la práctica de los tres supuestos resulta cada vez más difícil de realizarse en los centros públicos, de forma gratuita y con garantías para las mujeres".


"La practica de la interrupción voluntaria del embarazo no se está realizando en centros públicos, no resulta gratuita, es una carrera de obstáculos médicos y judiciales y resulta una trampa maldita que termina deteniendo a mujeres y a profesionales", añadió el comunicado.


Por su parte, Begoña Zabala, de la Comisión por el derecho al aborto, criticó la situación actual ya que se están dando "unos recortes muy importantes e inaceptables en el ejercicio del derecho al aborto tanto en Navarra como en el resto del Estado". Sin embargo, se mostró esperanzada ya que "una sociedad que cree en el derecho de las mujeres y en la autodeterminación de su cuerpo va a apostar porque el aborto, al igual que en muchos países, no sea un delito sino un derecho garantizado".

> Berria: Abortua > EL DERECHO AL ABORTO LIBRE SE ESCUCHO EN LAS CALLES DE IRUÑEA

  • El derecho al aborto libre se escuchó en las calles de Iruñea
  • El Gobierno de UPN y la Conferencia Episcopal fueron las principales dianas de las denuncias de la manifestación que ayer recorrió el centro de Iruñea para reclamar el derecho al aborto libre y gratuito. Más de un millar de personas se sumaron a la llamada de colectivos feministas de toda Euskal Herria, que anunciaron que mantendrán las protestas en la calle, en un herrialde en que ni se cumple la actual ley.
  • Gara, 2008-02-17 # Joseba Vivanco

«Ésta era de nuestros tiempos», se enorgullecían unas veteranas militantes feministas cuando al inicio de la manifestación las portadoras de la pancarta que la encabezaba arrancaban a entonar la ya clásica consigna «Nosotras parimos, nosotras decidimos». Entre su generación y la de muchas de las participantes ayer en esta movilización en Iruñea en favor del aborto libre y gratuito en Nafarroa mediaban unos cuantos años, cuando no décadas. Y, sin embargo, la consecución de algunos derechos parecen haberse anclado en el tiempo.


La cita era sobre las 17.30 junto a la antigua Estación de Autobuses de la capital navarra. Hasta dieciséis colectivos feminis- tas de toda Euskal Herria convocaban esta marcha en defensa de un derecho al aborto que la sanidad navarra sigue sin acatar desde la entrada en vigor de la ley de 1985. Un llamamiento unitario que fue saludado con numerosos abrazos entre las asistentes, en los prolegómenos de la manifestación. La Asamblea de Mujeres de Bizkaia se encargó de «empapelar» las pecheras de los asistentes con pegatinas que, a lo largo de la marcha posterior, decorarían todo el mobiliario urbano por donde discurría la movilización -incluso la Policía Municipal pidió, de manera infructuosa, que evitaran hacerlo-.


Diez minutos después de la hora prevista, la pancarta con el lema ``El aborto es un derecho, no un delito'' echaba a andar, entre los primeros gritos de «Abortatzeko eskubidea!». Pronto, la hilera de personas, mayoritariamente mujeres y de muy distintas edades, enfilaban hacia la Avenida de la Paz para dirigirse hacia la Plaza del Castillo, final del recorrido.


Si de algo se precian las convocatorias nacidas a partir de los movimientos feministas es que no hay tiempo para el silencio ni la monotonía y que, por muy serio que sea el objeto de la protesta, eso no está reñido con la alegría. Desde el inicio quedó claro con eslóganes como «Los de los rosarios, no nos toquen los ovarios», «Estamos hasta el culo, de tanto obispo chulo», «Que no se meta la iglesia en nuestras vidas» o «Antes que un rosario, unas bolas chinas», que se mezclaban con los ya tradicionales «Feminismo p´alante, machismo p´atrás».


Al encarar la Avenida Pío XII arreciaron los gritos contra UPN y el Opus Dei, que a partir de entonces se convirtieron en las dos dianas preferidas por los manifestantes, junto a la jerarquía eclesiástica. «Vamos a quemar, vamos a quemar, la Conferencia Episcopal, por machista y patriarcal» fue una de las consignas más coreadas durante toda la marcha.


Una manifestación que transcurrió a paso lento, como atestigua que unas participantes llegadas de la capital vizcaina co- mentaran que «en Bilbo no vamos así de tranquilas nunca».

Críticas a UPN y el clero
Al llegar al Paseo de Sarasate arreciaron los silbidos, la marcha se animó con una carrera incluida y al llegar a la sede del Parlamento navarro los gritos de «UPN, kanpora» se convirtieron en uno solo. Ya frente al kiosko de la Plaza del Castillo los cientos de participantes corearon el inicial «Abortazeko eskubidea!», junto al «Hemen, gaude, abortoaren alde».


Miren Aranguren y Juana Aranguren fueron las encargadas de dar lectura, en euskara y castellano, a la declaración final de la marcha. Ambas pusieron de manifiesto que «aquí no se puede abortar», y denunciaron que «aquí, la Sanidad Pública es el particular patio de la clase médica más reaccionaria».


Las asociaciones feministas convocantes quisieron denunciar las «prácticas prevaricadoras del Gobierno de UPN», y poner de manifiesto la falta de programas de educación sexual, de «imposición de un modelo de relación familiar heterosexual» o de denuncia de «un poder judicial y su policía, que se dedican a allanar viviendas particulares y clínicas privadas secuestrando las historias y las vidas de las usuarias».


UPN -aunque también el PSN- fue uno de los centros de las críticas de las organizadoras de esta protesta. Al partido gobernante le culparon de «dilatar la aplicación escrupulosa de la Ley y la prometida ampliación de la misma». A la Iglesia católica, la acusaron de «presionar nuevamente en el escenario electoral entrometiéndose en nuestras vidas».


Las interrupciones voluntarias del embarazo resultan en Nafarroa «una carrera de obstáculos médicos y judiciales», denunciaron. «Una trampa maldita», concluyeron. Con cánticos a favor de «quemar la Conferencia Episcopal» acabó la lectura del comunicado. Un grito que se plasmó en la quema de un cartel en el que se podían ver las figuras de varios clérigos. El canto de «vamos a quemar, vamos a quemar....» se tornó minutos después en «ya hemos quemado, ya hemos quemado, la Conferencia Episcopal».


El punto final a la protesta lo puso la canción, entonada desde el kiosko y que resonó en toda la plaza, del himno de las feministas. «Zutik emakumeak! / hautsi gure kateak» fue respondido desde los asistentes con la estrofa «zutik, zutik, zutik». Desde las convocantes valoraron de manera muy positiva la respuesta y anunciaron que «hoy hemos salido a la calle a reivindicar y lo seguiremos haciendo».

> Berria: Eliza > GARCIA-GASCO, ARZOBISPO DE VALENCIA, ARREMETE CONTRA LAS LEYES QUE ATACAN A LA FAMILIA

  • El arzobispo de Valencia arremete contra las leyes que atacan a la familia
  • García-Gasco avisa de que la Iglesia no callará «ante quienes pretenden imponerlo»
  • Denuncia García-Gasco las leyes que favorecen «la desintegración unilateral y sin causa de la familia».
  • La Razón, 2008-02-17 # L. Gómez · Madrid

El «caldito» entre el nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha tenido el «efecto secundario» de que la Iglesia olvide su opinión contraria a determinadas leyes aprobadas en esta legislatura. Leyes que, a juicio de la Conferencia Episcopal, han supuesto un ataque a instituciones tan básicas como la familia. El arzobispo de Valencia y uno de los «pesos pesados» de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, Agustín García-Gasco, lo ha vuelto a dejar claro en su carta pastoral de hoy. Bajo un título ya significativo de por sí, «Leyes justas y familia», vuelve a recordar que la familia es la «célula básica de la sociedad» y que cada hombre «procede de la unión de un hombre y una mujer».


Por ello, advierte de que no guardarán silencio ante leyes que atenten contra esa realidad natural: «La Iglesia no quiere imponer nada a nadie, pero el Evangelio tampoco se calla ante quienes pretenden imponerlo todo». Por ello, añade el arzobispo de Valencia, en un claro mensaje a determinadas leyes aprobadas por el Gobierno de Zapatero, que «los cambios legales, económicos que perjudican a la familia son negativos para las familias y la sociedad».


El final de su carta pastoral revela el rechazo tajante a la ley que permite la separación sin causa alguna y por la mera petición en ese sentido de uno de los cónyuges. «Las leyes que desdibujan el contorno y la definición de la familia acaban creando desconcierto, inseguridad e inestabilidad en la propia sociedad...Las leyes que favorecen la desintegración unilateral y sin causa de la familia la privan de toda eficacia y estabilidad», señala al respecto monseñor García-Gasco.


Con la defensa de la familia y de lo que supone para cada individuo y la sociedad no se trata, afirma, de proclamar «moralismos» de ningún tipo, sino de «defender la verdadera libertad, la que respeta siempre la dignidad humana», por lo que la Iglesia denunciará todo lo que siembre «confusión sobre los elementos esenciales del matrimonio y la familia».

> Berria: Homofobia > BAHREIN PODRIA EXPULSAR A LOS GAYS EXTRANJEROS

  • Bahréin podría expulsar a los gays extranjeros
  • Dos Manzanas, 2008-02-17 # Diego

La Comision de Asuntos Exteriores, Defensa y Seguridad de Bahréin ha propuesto a las autoridades estatales que se endurezcan las medidas contra los homosexuales, al considerar que “traicionan los valores islámicos“. Entre las medidas se encuentra la expulsión del país de los gays extranjeros.


“Los homosexuales se presentan normalmente en el aeropuerto, pero una vez que han entrado en el país, retoman su modo de vida“, declaró a la prensa Jalal Fairouz, secretario de esta Comisión.


Además, se ha propuesto la detención de todos las personas con “apariencia homosexual” y el registro regular de peluquerías y salones de masajes, al considerar que son un punto habitual de encuentro de hombres homosexuales. Las propuestas de la Comisión serán trasladadas a los legisladores del país para debatir su aprobación.

> Erreportajea: Islama > MUSULMANAS: MAS ALLA DEL VELO

  • Musulmanas: Más allá del velo
  • Llevan la cabeza cubierta para mostrar su identidad y no esconder su religión. Son unas cuantas entre el medio millón de mujeres que componen la comunidad islámica en España. Ellas han elegido lucir el hiyab con absoluto orgullo.
  • El País, 2008-02-17 # Jesús Rodríguez

Debajo de cada velo hay una cabeza. Centenares de miles en España. Todas son diferentes. Aunque nos empeñemos en verlas iguales. Unas son de mujeres que llegaron de lejos rompiendo con el pasado; otras nacieron aquí de padres cristianos o musulmanes, estudiaron en colegios españoles y un día decidieron abrazar la religión de Mahoma. Unas se criaron en profundas aldeas del Rif o Pakistán; otras, en capitales europeas. Unas emigraron para sobrevivir; otras, en busca de un horizonte de libertad. Algunas son universitarias. Abundan las que apenas saben leer y escribir. Unas siguieron mansamente al marido en su travesía y reprodujeron en España el microcosmos patriarcal de su sociedad de origen; otras lograron escapar a él. Unas vinieron solas, con un proyecto personal de vida. Eran viudas o divorciadas. Otras arrastraron tras ellas a un puñado de hijos que ya son españoles. Unas trabajan muy duro; otras viven encerradas. Unas son estrictas practicantes del islam, alérgicas a rozarse con un varón que no sea de su familia, de vuelta a casa en cuanto cae el sol; otras atraviesan a diario el Raval de Barcelona cruzándose con los espectrales yonkis y prostitutas de la calle Robadors sin pestañear. Y se consideran buenas creyentes. ?Si soy o no soy buena musulmana, sólo lo sabemos Dios y yo?, dice una de ellas.


Formas diferentes de entender el islam. Como la distancia que separa a Fátima Taleb, una mediadora intercultural de Badalona, que recibe al periodista con el brazo estirado y la mano rígida para evitar la mínima posibilidad de un contacto físico, de Huma Jamshed, líder de las mujeres paquistaníes en Barcelona, que casi se tropieza en su precipitado intento de dar dos besos a los periodistas como muestra de fraternidad. Fátima y Huma son la imagen de que cada velo es un mundo.


Son mujeres y son musulmanas. En torno a medio millón en España. Algo menos de la mitad del millón largo de musulmanes que se calcula viven en nuestro país. De las in¬migrantes marroquíes a las conversas que apostaron por el islam ya en los setenta procedentes de la izquierda. De las estudiantes universitarias becadas a las españolas de origen árabe. Sin olvidar a las miles de musulmanas de Ceuta y Melilla. A todas las une el islam. Hoy intentan descubrir su camino sin renunciar a su religión. Las que aparecen en este reportaje afirman que llevan el velo, el hiyab, por decisión propia. Por convicción. Como bandera de su origen y religión. De su feminismo. Un peldaño más abajo, las mujeres más humildes, las inmigrantes económicas del Magreb, ni se lo plantean; nadie les preguntó nunca. No conciben salir a la calle sin velo por respeto al varón, a la familia, a la tradición. "Sin él estaría como desnuda". Militantes u oprimidas, todas pagan un precio. Se sienten observadas, vigiladas e incomprendidas. Obligadas a justificarse. Marginadas en el mercado laboral. No lo tienen fácil. "En este país aún es duro llevar el pañuelo", dicen. Unas cuantas están dispuestas a luchar por su identidad. Por una sociedad multicultural. Y tirar del resto.


Si el 11 de septiembre de 2001, y la posterior invasión de Afganistán e Irak, provocó en muchos musulmanes una ruptura con Occidente, la necesidad de reafirmarse en su religión y la popularización del hijab entre las jóvenes (muchas veces en contra de la opinión de sus padres), la matanza del 11 de marzo de 2004 cambió de golpe la vida de las hermanas Adlbi. Nada más producirse el atentado, Sirin, Yamám y Salam, antropóloga, diseñadora gráfica y pedagoga, entre 20 y 25 años, nacidas en Madrid de padres universitarios sirios, buenas estudiantes en colegios de monjas y piadosas musulmanas, se liaron sus pañuelos a la cabeza y se dirigieron a Atocha. ?No lo pensamos. Reunimos un grupo de amigos, éramos 60, todos españoles y musulmanes; nacidos aquí. Estábamos tristes, decepcionados, engañados. No nos entraba en la cabeza que alguien matara en nombre de nuestra religión. Hicimos una pancarta que decía: "La barbarie no tiene religión, ni cultura, ni raza. Era muy duro estar esa tarde en Atocha con velo. Ya se rumoreaba que no había sido ETA. Que eran los islamistas. Algunos de nosotros no se lo querían creer. Teníamos miedo. Cuando llegamos, la gente comenzó a murmurar. Nos miraban mal. Alguien gritó algo. Y de pronto, una mujer empezó a aplaudirnos. Y detrás de ella otros. Me puse a llorar. Y no podía parar".


Aquella tarde nació la Asociación de Jóvenes Musulmanes, un grupo de universitarios musulmanes españoles capitaneado por mujeres, obstinado en derribar barreras entre las dos comunidades y tender puentes. Las hermanas Adlbi se reúnen cada semana con un grupo de mujeres en la mezquita madrileña de la M-30; se autogestionan; no tienen detrás un estricto imán que las aleccione; no están financiadas por la rigorista Arabia Saudí, como la mayoría de las instituciones islámicas (más de 1.500 mezquitas y centenares de centros islámicos en todo el mundo pagados a golpe de petrodólar). Van por libre. "Somos independientes, luego pobres". Entrevistarse con ellas supone someterse a una esgrima dialéctica. Detrás de su frágil apariencia, las Adlbi son duras. Cuestionan todo. Defienden su religión a muerte. En especial, Salam, de 23 años, que trabaja en un doctorado en pedagogía en la Universidad Complutense: "No es fácil ser musulmana en España; la sociedad te rechaza y tú intentas sobrevivir. En cuanto te ven con velo, inmediatamente piensan que eres inmigrante, no sabes el idioma, eres analfabeta y tu marido te maltrata y obliga a ir tapada. Y te discriminan. No exagero, he nacido aquí y lo sé. Mi padre, que es un fiel musulmán, no me dejaba llevarlo, no quería que me buscara problemas. A los 18 años decidí ponérmelo."


¿Por qué?


"Significaba mi compromiso con la religión. Un mensaje para mí y para la sociedad. Yo exijo que se me valore por lo que soy. Y afirmar ante la sociedad que la religión es un compromiso para todos los días. Tuve muchos años para pensármelo. Mejor. Porque si no te lo crees, si te lo imponen, es muy difícil aguantar. Algunas se lo quitan. Y las comprendo. Mi hermana Yamám trabaja en una empresa de diseño gráfico y nunca la ponen en relación con clientes por el velo; la tienen escondida."


No todas las jóvenes musulmanas son de la misma opinión. Mekia Nedjar, una estudiante argelina de doctorado de estudios árabes y traductora en Alcalá de Henares (Madrid), afirma que en España, una sociedad occidental y laica, "he tenido fuerza y libertad para elegir lo que quería. Aquí entendí el velo. En Argelia era lo normal. Lo llevaba la gente en la universidad sin saber muy bien por qué. Bueno, a partir de los noventa, las cosas comenzaron a cambiar. Pero aquí nadie me obliga y he tenido un reencuentro con mi esencia. Me lo quité durante una temporada para probar y me sentí mal. Me lo puse y renací".


Ana Planet, profesora de la Universidad Autónoma y una de las grandes especialistas del mundo árabe en nuestro país, compara a las hermanas Adlbi y su grupo de musulmanas con los movimientos cristianos de base: "Se dedican a alfabetizar a mujeres; montan campamentos para niños, se reúnen, debaten, escriben, luchan por la libertad de género. Son muy combativas. Y al mismo tiempo, muy religiosas. Nunca se casarían con un no musulmán. Son españolas y saben que la Constitución las protege".


Forman parte de esa nueva generación que quiere construir un islam a la medida de España. El islam de un país democrático, no de una dictadura árabe. Basado en la libertad individual y la igualdad de derechos, no maquillado por rancias costumbres tribales. "Para conseguirlo necesitamos que no nos machaquen; las musulmanas, sobre todo las que tienen menos cultura, se deben enterar de que en el islam no hay nada que las oprima, que es todo una invención machista, que no se deben sentir discriminadas. Que no son ciudadanas de segunda a causa de la religión. Viven en una sociedad democrática. Y en paralelo, se tienen que sentir apoyadas por la sociedad de acogida. ¡Que no las machaquen aquí y allí!", afirma, desde París, Ndye Andújar, musulmana conversa, profesora, politóloga y una de las acuñadoras del feminismo islámico.


¿El islam no discrimina a la mujer?


No hay ninguna incompatibilidad entre islam y derechos humanos. El Corán se ha interpretado siempre de forma machista. Hay que volver a las fuentes. Acabar con las interpretaciones patriarcales de esos juristas que han fabricado un islam a conveniencia de los hombres y los imanes analfabetos que las han pregonado. Hay que dinamizar y adaptar esa jurisprudencia desfasada hace siglos a nuestra realidad. Y luego, las autoridades españolas tienen que echar una mano. Tras la reagrupación familiar, la mujer debe obtener automáticamente un permiso de trabajo. No puede ser que lleguen aquí, se queden paradas y el marido las confine en casa. La falta de permiso de trabajo es un chantaje para que la musulmana dependa del marido y agonice en su hogar, y pierda la poca autoestima que le queda, y reproduzca los roles patriarcales del país de origen, y eduque a las hijas en el sexismo.


Esas olas de feminismo islámico están llegando a España principalmente desde Marruecos. En torno al 70% de las musulmanas que viven en España son de esa nacionalidad. El referente es Nadia Yassine, de 49 años, hija del fundador del movimiento islámico Justicia y Caridad, Abdessalam Yassine, represaliado por el régimen marroquí por sus críticas al rey Mohamed VI. Nadia Yassine, que comenzó a usar el hiyab a los 24 años y ha pasado por la cárcel, aboga por volver a las fuentes del islam y crear un feminismo diferente al occidental, al que acusa de "fatalmente materialista". Su impulso político es evidente entre las universitarias musulmanas más piadosas.


Por ejemplo, Fátima Taleb, de 32 años, nacida en Marruecos, que vive en Badalona hace 10. Fátima es mediadora intercultural y ha sido profesora de árabe y secretaria de la asociación cultural Amics, una organización dedicada a la integración de inmigrantes magrebíes, cuyo líder, Taoufik Cheddadi, fue detenido en 2005 y 2007 por presunta colaboración de él y su asociación con grupos terroristas islámicos. Ella niega ninguna relación. "Aún no nos explicamos por qué nos tomaron por terroristas; yo creo que las autoridades españolas no saben cómo tratar el tema islámico. Y ante la menor duda, cortan por lo sano".


Fátima Taleb es una musulmana rigorista, reivindicativa y agradable. Con el velo negro soldado al cuero cabelludo. Lleva vaqueros y unas bonitas deportivas. Extiende la mano con frialdad. Familiaridades, las justas. Relación con los hombres, nulas fuera del matrimonio. "Cuando llegas a una sociedad occidental sufres un desgarro; lo único que te queda es la religión, y eso te hace reflexionar y te agarras a ella. Es tu refugio". Fátima no se salta ni un pilar del islam, pero defiende el divorcio, la sexualidad con amor, la igualdad hombre-mujer, el total acceso a la educación y la recuperación de los míticos derechos históricos de la mujer musulmana. "Los hombres mienten en nombre del islam. Y si eres analfabeta es más fácil que te manipulen. Te dicen: "No puedes salir de casa porque va contra el Corán". Y te lo tragas. Yo luché por divorciarme. Y lo conseguí. Hay que leer y estudiar. Los radicales y terroristas no tienen ningún conocimiento del Corán. Funciona el boca a boca. Y yo creo que la mujer debe satisfacer al hombre, y viceversa. Soy feminista, pero a mi manera; no creo en el feminismo occidental, no tengo nada contra los hombres. Si mi marido me dice que no vaya a un bar, no voy, pero él tendrá que cumplir otras obligaciones. Todo está en el Corán, mi libertad, todos mis derechos. Y si los recupero no necesito más".


El debate entre las feministas musulmanas está servido. Según Said Kirlani, presidente de la Asociación de Estudiantes Marroquíes, "se está hablando mucho de transición política en Marruecos, pero de lo que apenas se habla es de la transformación que se está produciendo en torno a los derechos de la mujer. El cambio de la Mudawana ha sido un paso de gigante para la modernización de nuestra sociedad". La Mudawana, un conjunto de leyes civiles-religiosas, en vigor en Marruecos desde la independencia, ha convertido durante medio siglo a la mujer en una ciudadana de segunda, otorgando al varón el derecho al repudio, el divorcio, la poligamia y la tutela legal de los hijos, además de reglamentar la obligación de la fidelidad y obediencia de la esposa al marido. Ese siniestro código de familia, equivalente al que rige los destinos de las mujeres en muchos países musulmanes, desde Pakistán hasta las monarquías del Golfo, basado en el Corán y la tradición colonial, fue sustituido en Marruecos en 2004 por una nueva legislación que otorga por primera vez derechos civiles a la mujer marroquí. "Ha habido un importante proceso legal en Marruecos, pero no tanto un cambio real", explica Ana Planet, profesora de la Universidad Autónoma. "El cambio de las leyes ha venido muy bien a las mujeres emancipadas, a las solteras, a las que trabajan; pero el resto se ha quedado como estaba. La ley ha cambiado, pero ellas no se han enterado; sobre todo en los medios rurales y, lógicamente, en la inmigración".


Maryam y Naima luchan a diario por informar a sus compatriotas de sus recién adquiridos derechos civiles a través de Red de Mujeres de Atime (Asociación de Inmigrantes y Trabajadores Marroquíes en España). Son dos mujeres grandes, guapas, sonrientes, a las que nadie ha regalado nada. Maryam y Aima no llevan pañuelo. Van vestidas de Zara. Mariam Beyuki es la única mujer en la directiva de Atime. Y su secretaria general. "Llevo 10 años en España, y he tenido que demostrar lo que valgo diez veces más que un tío", relata con rabia. "En Marruecos vivimos un momento importante para la mujer. La reforma de la Mudawana es una conquista. Y nosotras explicamos a las que viven aquí que sus derechos han cambiado."


¿Cuál es el perfil de las marroquíes que viven en España?


Son principalmente mujeres que han venido siguiendo al marido con la reagrupación familiar. Carecen de independencia económica y repiten en España los roles del patriarcado. Les enseñamos el idioma, les hablamos de planificación familiar, sacamos a la luz malos tratos. El hombre se resiste a los cambios; pero como tienen muchos hijos, termina transigiendo en el tema laboral porque se necesita el dinero. El servicio doméstico es el pasaje obligatorio de estas mujeres. Para trabajar en un supermercado les obligan a quitarse el velo. Muchas no quieren. Prefieren quedarse en casa. Pero otras se lo quitan y se ponen una faldita. El hombre aún se niega a que trabajen en hostelería. Como se niega a que entren a un bar o fumen. En realidad es la familia, el grupo, el que mantiene el control sobre la moral de la mujer. La clave del cambio es que la mujer trabaje. No se trata de arrebatarles sus tradiciones, porque la integración se debe basar en la identidad plural. Deben mantener su cultura, su tradición, su religión, pero bajo el referente de los derechos humanos.


En esa línea, las jóvenes intelectuales del islam en España abogan por una religión donde el sexo busca el placer y no estrictamente la procreación. La poligamia es algo del pasado. Los malos tratos y la violencia están proscritos; el divorcio no es monopolio del varón; los matrimonios pactados son ilícitos, y nadie puede obligar a la mujer a que cubra su cuerpo en contra de su voluntad. La anticoncepción y el aborto no están prohibidos. Sobre el papel, una gran conquista para la mujer. Complicado hacerlo realidad.


No es fácil conseguir que ese mensaje renovador cale entre las mujeres menos favorecidas. Muchas musulmanas viven como en sus aldeas de origen: vestidas con atuendos tradicionales, inactivas, incomunicadas, con miedo. Con mucho miedo. A lo de dentro y a lo de fuera. A una sociedad que desconocen y cuyo idioma no entienden. Al qué dirán. Al código de honor. A las miradas curiosas de los vecinos. Reunirse con una docena de ellas, procedentes del norte de Marruecos, analfabetas, cargadas de hijos y afincadas en la sierra oeste de Madrid, supone toparse con un muro infranqueable. Sus maridos no saben que están reunidas, menos aún que están hablando con un hombre. Una se atreve a alabar tímidamente la planificación familiar en este país. Tiene 37 años y ocho hijos. Es guapa, con cara de cría. Viste de negro hasta las cejas. Quiere hacerse una ligadura de trompas. "Aunque el que en realidad tenía que hacérsela es mi marido". Estallan las primeras carcajadas de la asamblea.


De Madrid a Barcelona. No corren buenos tiempos en el Raval. Tras la detención de un grupo de presuntos terroristas islamistas paquistaníes organizados en torno a varios oratorios del barrio, la población musulmana del barrio se ha replegado. En el distrito barcelonés de Ciutat Vella viven unos 20.000 paquistaníes. Comenzaron a llegar a España en 1972 para trabajar en las minas de La Rioja. Muchos recalaron en los barrios más deteriorados de Barcelona. La reagrupación familiar hizo el resto. Treinta años más tarde, la comunidad paquistaní es, posiblemente, la más hermética de nuestro país. Y la situación de muchas de sus mujeres, dramática. Huma Jamshed lucha en solitario por su dignidad y su integración. "El 70% quieren ser como yo: modernas. Pero tienen miedo de ser expulsadas del grupo. Y eso es duro para un inmigrante".


Huma avanza como un ciclón por el Raval. Es una mujer sin miedo; no teme ni a los imanes extremistas de la calle Hospital, y menos aún al que dirán. Sabe que algunos amigos paquistaníes de su marido la llaman puta. "Si tengo sed, entro en un bar; si tengo que atajar, paso por donde las prostitutas". Huma se ha puesto hoy aquel conjuntito beis de chaqueta y pantalón que compró en Zara hace 10 años para ir a una boda. Fue su primer atuendo occidental. Luego vino el vaquero. No lleva velo. Sólo para rezar. "La religión es algo más intenso entre Dios y tú que un velo". Huma se define como "moderna en la calle y musulmana tradicional en casa". "Mi marido me deja trabajar en la asociación porque sabe que tengo la casa limpia, la comida hecha, los niños cuidados y soy una buena musulmana".


Huma es licenciada en químicas por la Universidad de Karachi y dirige la Asociación Cultural-Educativa y Social-Operativa de Mujeres Paquistaníes, por la que pasan 800 mujeres al año, a las que asesora en asuntos legales, procura que aprendan el idioma y relaciona con otras mujeres a través de fiestas y actividades culturales. El retrato que hace de las paquistaníes en Cataluña (pueden ser más de 20.000) es desolador: "Pobres, sin derechos; pasivas. Engañadas. Sus niñas están destinadas a matrimonios pactados. Una situación aún peor que en Pakistán, porque están más aisladas. No van ni al oratorio porque no hay sitio para ellas. Y lo que es peor, no añoran la libertad porque nunca la han tenido. ¿La solución? Salir, luchar, trabajar. Integrarnos en esta sociedad". El final de la conversación con Huma termina con un gusto agridulce: "No sé, quizá sea una batalla perdida. ¿Quién me dice que cuando a mi hija de 16 años le llegue el momento de casarse no intentaré negociarle un buen matrimonio? Otra cosa es que ella, que ha crecido aquí, vaya a tragar. Y entonces a lo mejor las cosas comienzan a cambiar".


Regresar supondría el fracaso. Acabar con su última esperanza. Han parido aquí a sus hijos. Esa segunda generación que odia ser identificada por ese nombre "nos gustaría que nos llamaran, simplemente, españoles". Se habla de unos 200.000 chicos y chicas musulmanes en España. Saben el idioma y están entrando en la universidad. Es difícil saber qué camino elegirán cuando llegue su momento. Si se repetirá la tragedia de los hijos de los inmigrantes en Francia: ni franceses, ni magrebíes. En guerra con un sistema que desde 2004 prohíbe el velo en las escuelas francesas.


Para Sefira, una filóloga argelina que llegó a España hace 30 años, que no lleva pañuelo y maneja un islam más cultural que religioso, "el error de los franceses con la ley del velo ha sido impresionante. Si un padre musulmán obliga a su hija a llevar el velo y el colegio dice que no, lo primero que hace el padre es sacarla de allí y mandarla de vuelta a Marruecos. Una tragedia. Porque si esa niña está escolarizada, aunque sea con velo, adquirirá un nivel cultural, y es más fácil que escape a este mundo que si está en una aldea de Marruecos casada con su primo".


No se van a marchar. Y menos aún las musulmanas españolas, que, al contrario de sus correligionarias de otros orígenes, no tienen adónde ir: "Somos de aquí. Hay gente en este país que aún identifica español con cristiano. Se empeñan en compararme con una saudí. ¿Pero por qué no me comparan con una de Cuenca? Yo soy tan española como la de Castilla", desafía Fátima Hamed, de 29 años, abogada y diputada de la Asamblea de Ceuta por la coalición Unión Democrática Ceutí (una formación política de mayoría musulmana que ocupa un tercio de los escaños de la ciudad). Velo negro, maquillaje chispeante, vaqueros y botas de tacón de aguja. Sonrisa permanente. Rapidez en las respuestas. Fati es la primera mujer que accede con hiyab a la Asamblea de la ciudad. Es un icono. A su pesar. En la comunidad cristiana de Ceuta, muchos observan con recelo el ascenso demográfico (el 80% de los nacimientos son de familias musulmanas) de sus convecinos moros. Tradicionalmente, ciudadanos de tercera. Hoy, a las puertas del poder. “Soy musulmana, pero no soy conservadora, analfabeta ni estoy oprimida. Soy de izquierdas y progresista. Soy española. Y llevo velo”.


Los dos periodistas han llegado a Ceuta en busca de una fotografía: una diputada musulmana de izquierdas, Fátima Hamed, con velo, frente a una diputada musulmana de derechas, Rabea Mohamed, del PP, sin velo. Reflejaría tópicamente los dos extremos del islam. La realidad es tozuda. Las diferencias entre Fátima y Rabea se limitan al pañuelo. El resto es calcado. Las dos se consideran españolas por los cuatro costados, son de la misma generación, han nacido en los mismos barrios y tienen el mismo origen social y familiar (sus abuelos formaron parte del ejército de Franco). Las dos han estudiado una carrera universitaria, trabajan, están casadas y tienen hijos. A ninguna le impusieron el velo. Las dos creen en la igualdad de la mujer. Las dos proceden del movimiento vecinal. Las dos son musulmanas sin aspavientos. Las dos practican. Las dos están con¬tra la prohibición del velo en Francia. Y las dos están convencidas de que en Ceuta los musulmanes siempre han sido los pobres y marginados de la sociedad. Sólo hay que pasearse por el barrio del Príncipe o por Benzú. Y hay que acabar con eso. Que el fracaso escolar entre los musulmanes duplica el de los cristianos (un hecho similar al que se vive en Melilla). Y la educación es el único camino que un día hará libres a esos jóvenes españoles que rezan a Alá. Para terminar, las dos son feministas.


El tibio movimiento feminista islámico comenzó a andar en nuestro país en los noventa con el nacimiento de dos asociaciones de mujeres, An-Nisa, en Madrid, e Inshallah, en Barcelona. Ambas capitaneadas por conversas. El año 2000 demandaron al imán de Fuengirola, Mohamed Kemal, por apología de la violencia machista en sus escritos doctrinales, ante el pasmo del sector más conservador del islam. Kemal terminaría humillado ante los tribunales. Fue una victoria para las musulmanas españolas. Detrás de aquella primera asociación, de la relación entre las conversas ilustradas y una nueva generación de mujeres universitarias, han ido surgiendo organizaciones por toda España, desde Taiba en Madrid y la Comunidad de Mujeres Musulmanas de Zaragoza hasta la Comunidad de Mujeres Musulmanas de Granada o la Junta de Mujeres Musulmanas de Málaga. Trabajan por el feminismo islámico al margen de las divididas, enemistadas y mal organizadas comunidades musulmanas dirigidas por hombres.


Y dentro de esa red, quizá una de las organizaciones más interesantes sea Mujeres Musulmanas por la Luz del Islam, de Valencia. Principalmente por la personalidad de las dos tunecinas que la dirigen, Cherifa Ben Hassine y Ouassila el Barouni. ?Empezamos hace 10 años con tres mujeres y hemos logrado reunir a 300. Se van abriendo, hablan; las animamos a salir, a conocer a las vecinas, a cuidarse, a relajarse. Muchos maridos no están de acuerdo. Uno me dijo que para qué iba a ir su mujer a un taller de relajación si el islam es la paz. Y yo las digo: ?Si el marido no os deja salir de casa, ¡estudiad en vez de ver culebrones!?, relata Cherifa, enemiga declarada del islam rigorista de inspiración saudí y con un apasionante discurso de igualdad de género fronterizo con el feminismo occidental.


Más apasionante aún es el trabajo de Ouassila el Barouni, una psicóloga de 44 años especializada en casos de malos tratos a mujeres musulmanas. “Para hacer mi doctorado entrevisté a un centenar de mujeres musulmanas, y 52 terminaron confesándome que habían sido maltratadas. Iban confiándose. Y un día empezaron a contarlo todo. Y empezamos a tomar medidas. Es un tema diferente al de las españolas. La musulmana aquí está sola; sin apoyo social, sin familia, sin amigos. Con mucho peso de la religión. Y además muchas justifican los malos tratos como un hecho cultural-religioso. No denuncian. Viven con el maltratador; con miedo, sin papeles. Es un callejón sin salida. Si denuncian, la comunidad se les echa encima. ¿Y adónde se van a ir? Pero que 52 mujeres musulmanas lo hayan contado es un gran paso”.


Pequeños pasos en muchas direcciones. Aunque a veces da la sensación de que se avanza demasiado despacio. En Valencia, Cherifa Ben Hassine organiza esta tarde una fiesta del Cordero para medio centenar de mujeres magrebíes originarias del medio rural, a la que también están invitados los dos periodistas de El País Semanal. Habrá comida, refrescos, baile y canciones. Todo está listo para empezar. Pero en el momento en que los dos periodistas entran en el salón se hace un silencio absoluto. Una musulmana rigorista, cubierta con un burdo tejido pardo similar al de una monja de clausura, abandona la reunión a la carrera. Otras la siguen. Todas bajan la cabeza. Ninguna quiere fotos. Cuando unos minutos más tarde dejamos el recinto, comienza la fiesta a nuestras espaldas. Suena la música y se escuchan las risas.


No es fácil para ese medio millón de musulmanas que viven en España encontrar su camino. Respetar al tiempo la ley de Dios, la de los hombres y la de sus hombres. Muchas luchan por ello. Es una nueva generación. Que quiere ir más lejos. Poco a poco. Hace siete meses, Huma Jamshed, la líder de las paquistaníes del Raval, decidió organizar unos cursos de gimnasia para sus compañeras. “Como no salen de casa, se estaban poniendo todas muy gordas. Y me puse en contacto con un gimnasio para que nos reservara dos horas. El primer día fueron todas con la chilaba y el pañuelo; con miedo por si había hombres. Muchas, ni se lo dijeron a los maridos. Fue un desastre: es imposible hacer ejercicio con esa ropa; se enredaban, se caían. Era peligroso. A la siguiente sesión, la cosa comenzó a cambiar. Estaban más relajadas. Hoy se han comprado un chándal. Y alguna hasta se quita el pañuelo durante las clases. Y están felices. ¿Es un primer paso, no?”.

> Artikuluak: Pedro Almodóvar > MARCOS ANA, UN HOMBRE BUENO

  • Un hombre bueno
  • El País, 2008-02-17 # Pedro Almodóvar

El superviviente Marcos Ana representa el mejor modelo de reconciliación, una asignatura que cada década parece más pendiente en nuestro país.


Marcos ha sobrevivido a varias penas de muerte, a muchas jornadas de tortura en las que le dejaban por imposible, convertido en un amasijo de carne, a la durísima vida carcelaria, en condiciones dantescas, expuesto a todas las enfermedades del cuerpo y de la mente. Pero especialmente, Marcos Ana ha sobrevivido con una limpieza impresionante al odio. Él es lo contrario al discurso de las "heridas abiertas", las suyas, profundas y persistentes (22 años, desde el año 39 al 61, arrastrándose por distintas cárceles franquistas, dan para muchas y variadas heridas) como decía, sus heridas las cerraron sus propias ganas de vivir y de convivir. Su pasión por la vida, y por la vida de los otros.


Es emocionante, cuando en el libro decide no dar el nombre de un compañero que le denunció (aunque a causa de esta denuncia le cogieron y le condenaron a muerte), no le nombra pensando que el traidor tendrá en la actualidad, hijos, sobrinos y nietos, que no son responsables de su traición y que ahora se sentirían avergonzados.


Marcos Ana es un modelo de víctima, en estos años en que las víctimas salen a las calles (todo su derecho) a gritar su dolor (nada más humano) pero que en ocasiones desafinan de un modo estridente. Marcos es una víctima que no pide venganza. Pide que el horror que el pueblo español vivió durante y después de la guerra no se vuelva a repetir


Es muy importante, y ya sé que es un tema delicado (todo mi respeto y solidaridad a las víctimas de todo tipo de violencia), es esencial que las víctimas no sean un impedimento para la reconciliación.


Marcos Ana representa todo esto. Y por ello le admiro, le quiero, y porque en el trato personal es lo más parecido a un ángel. No he conocido a nadie tan bueno. Por eso me gustaría hacer una película sobre su vida. No existen tantos hombres buenos sobre los que hacer películas, en mi cine, desde luego, brillan por su ausencia. Pero naturalmente no es por su bonhomía, por rara que sea esta cualidad, por lo que quiero hacer la película.


Su libro de memorias “Decidme cómo es un árbol” contiene en todos sus capítulos material cinematográfico de primer orden. Da para varias películas, muy distintas y de diversos géneros.


La que a mí me interesa, la que espero abordar dentro de dos o tres años, una vez que termine las dos películas que tengo entre manos, empezaría con Marcos Ana saliendo de la cárcel en el año 61. Según él mismo confiesa era un niño de 42 años que se da de bruces con la libertad, en el Madrid de principio de los 60. La experiencia física fue durísima, sus sentidos no están acostumbrados a los espacios abiertos y extensos, ni a la luz, montar en un vehículo le provocaba vómitos. Tampoco está acostumbrado a la presencia de las mujeres jóvenes. Le atraen enormemente pero reacciona como un niño.


Hay imágenes muy plásticas en el libro cuando describe su fascinación por el sexo opuesto. Cuando ve una mujer, la sigue a escondidas hasta que desaparece en la boca del metro, o tras la puerta de su casa.


Una de las primeras noches en libertad encuentra a un antiguo compañero, que le lleva a un cabaret. Poco después le deja solo, con una de las prostitutas a la cual le ha pagado para que le atienda toda la noche. Esa primera noche con una mujer es lo que quiero contar. A lo largo de esa noche aparecerá todo su pasado, y el pasado de la prostituta a la que no me queda más remedio que relacionar con alguno de sus compañeros de prisión para cerrar la historia...


Juntos recorrerán el Madrid nocturno de la época, intercambiando soledades. Es la historia del primer amor de Marcos Ana, una prostituta que al final de la noche no le cobró, porque noches como aquella no tienen precio.

> Berria: Hauteskundeak > MADRID: GAYS Y LESBIANAS CLAMAN CONTRA LA HOMOFOBIA DEL PP

  • Gays y lesbianas claman contra la "homofobia" del PP
  • Unas 200 personas se concentran frente a la sede de los populares
  • El País, 2008-02-17 # Joseba Elola · Madrid

Sobre la mesa de cámping en torno a la que se montó la concentración había cuatro kilos de manzanas, seis de peras, 40 salchichas que llegaron con vocación de perrito caliente pero volaron sin pan y doscientos lazos con el arco iris. Peras y manzanas alusivas a la ya célebre teoría de las manzanas de Ana Botella circularon ayer en tuppers de cocina entre los 200 asistentes a la convocatoria frente a la sede central del Partido Popular. Una cita cargada de reivindicación e ironía, de cabreo y de chufla.


"La homofobia del PP se ve en que no quiere que tengamos los mismos derechos de los demás", proclamaba enérgico Antonio Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). "El matrimonio es la plena igualdad y lo que es igual se llama igual".


Toque de atención. Los colectivos de gays y lesbianas no quieren que se recorten los derechos conquistados, no quieren que el matrimonio gay deje de llamarse matrimonio y no quieren que se produzca una involución en las adopciones. "Vamos a lanzar una campaña, la política está en nuestro código genético", declaró Poveda, que no descarta la participación en mítines de formaciones que apoyen sus reivindicaciones. "Es la primera vez en democracia que un partido anuncia que va a recortar los derechos de nuestras familias", dijo. "Sal del armario, Mariano sal del armario", canturreaban mientras los asistentes entre risas y carcajadas.


Leo Bassi se enteró de la cita una hora antes. El siempre polémico bufón italiano se presentó frente a Génova con un cartel confeccionado con cuatro folios blancos pegados con celofán y letras escritas con bolígrafo. Su lema: "Con los gays y las lesbianas en nombre del laicismo".


Boris Izaguirre también se sumó espontáneamente al acto y no dudó en prestarse para la foto junto a los organizadores. "Estoy feliz con mi matrimonio, la ley funciona y mi marido y yo somos una familia estupenda. Ya son muchas las veces que he venido a manifestarme en esta esquina", dijo desde la acera opuesta a la de la sede del PP. Hubo todo tipo de lemas: se leyó "Tranquilo, PP, yo no te esposaré", y sonó "No te enteras, esto es una pera", pero el más coreado fue sin duda "No se negocian nuestros derechos".

> Berria: Islama > DINAMARCA: ARDE OTRO COLEGIO EN LA OLA DE DISTURBIOS QUE REMITE

  • Arde otro colegio en ola de disturbios en Dinamarca que remite
  • Terra, 2008-02-17

Un nuevo centro escolar ardió la pasada noche en Copenhague durante un rebrote de los disturbios callejeros que protagonizan desde hace seis días jóvenes de origen inmigrante en la capital danesa y otras ciudades del país.


La policía local informó hoy de que un colegio en el barrio de Bronshoj de Copenhague fue anoche pasto de las llamas en un incendio provocado por jóvenes alborotadores.


Pese a todo, bomberos y policía señalaron que los disturbios han remitido apreciablemente y que, con la excepción del incendio del colegio, la pasada noche no hubo casi incidentes.


En noches pasadas, jóvenes alborotadores incendiaron contenedores de basura, varios automóviles y provocaron pequeños fuegos en portales de viviendas, sin que los daños fueran cuantiosos o se produjeran desgracias personales.


La mayoría de los participantes en los disturbios son jóvenes menores de edad, de los que hasta ahora han sido detenidos 29 y que se encuentran a la espera de ser presentados ante el juez de instrucción.


La Justicia ordenó este viernes el ingreso en prisión preventiva por un plazo de dos semanas de un adolescente de 15 años, que en declaraciones televisivas hizo un llamamiento público a continuar los disturbios.


La ministra de Justicia de Dinamarca, Lene Espersen, anunció mientras tanto una política de mano dura contra los jóvenes que protagonizan esos incidentes.


La ola de disturbios es atribuida a tensiones entre los jóvenes de la comunidad inmigrante procedente del Tercer Mundo y la policía danesa, aunque se desató coincidiendo con la detención de una célula islamista que planeaba asesinar a uno de los dibujantes daneses que caricaturizó a Mahoma en el diario 'Jyllands Posten'.


La prensa local recuerda hoy los graves disturbios protagonizados por jóvenes inmigrantes en Francia hace dos años y comenta que las causas de los altercados en Dinamarca son las mismas.


'No debemos buscar explicaciones complicadas. La criminalidad siempre ha partido de las clases bajas de la sociedad. Como siempre, viven en guetos, no tienen trabajo y se sienten abandonados', escribe en su editorial de hoy el rotativo 'Politiken'.


Añade que 'en Dinamarca los miembros de las clases bajas ya no se llaman Rene o Brian, sino Hassan y Ali. Los alborotadores han aprovechado la expulsión de dos tunecinos por sus planes de asesinato de un caricaturista de Mahoma como cómoda justificación'.


Finalmente subraya que 'la identificación (de los jóvenes inmigrantes) con los dos (presuntos terroristas) es auténtica, ya que la expulsión es contemplada como el símbolo último de la marginación de los extranjeros en la sociedad danesa'.

> Berria: Islama > IRAN: LEGISLADORES INSTAN AL PRESIDENTE A CORTAR LAZOS CON DINAMARCA

  • Legisladores instan a presidente Irán cortar lazos con Dinamarca
  • Reuters, 2008-02-17 # Teherán

Un grupo de legisladores conservadores iraníes solicitó al presidente del estado islámico que corte los lazos con Dinamarca después que diarios daneses volvieron a publicar una caricatura del profeta Mahoma, dijo el domingo la radio estatal.


El grupo de 16 miembros de la asamblea de 290 parlamentarios escribió una carta al presidente Mahmoud Ahmadinejad pidiéndole que rompa todo vínculo económico y diplomático con Dinamarca debido a los repetidos "insultos a la santa fe islámica," dijeron.


Esta es la última señal de la creciente disputa diplomática, desatada luego que periódicos daneses reimprimieron uno de los dibujos que causaron indignación en los países islámicos hace dos años.


El sábado, 10 legisladores daneses cancelaron un viaje a Irán dos días antes de su partida programada. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Dinamarca dijo que el Comité de Asuntos Exteriores abortó el viaje después que el Parlamento de Irán exigió una disculpa por la caricatura.


La mayoría de musulmanes considera que las representaciones del profeta Mahoma son ofensivas.


La policía danesa arrestó el martes pasado a dos tunecinos y a un dinamarqués de descendencia marroquí, acusándolos de planear matar al artista que dibujó una de las imágenes.


Quince diarios daneses reimprimieron su dibujo, que mostraba al profeta Mahoma con una bomba en su turbante, como protesta contra el supuesto complot.


Decenas de estudiantes islamistas quemaron el jueves la bandera de Dinamarca en el sur de Pakistán, mientras que en Kuwait varios parlamentarios pidieron un boicot a productos daneses.


La publicación de las caricaturas hace dos años llevó a protestas y disturbios en los países musulmanes de todo el mundo, incluyendo a Irán. Por lo menos 50 personas murieron y tres embajadas de Dinamarca fueron atacadas, incluyendo la misión a Teherán.

> Iritzia: Agustín Unzurrunzaga · SOS Arrazakeria > POR UNA CAMPAÑA ELECTORAL SIN XENOFOBIA, SIN DISCRIMINACION SOCIAL, SIN EQUIVOCOS

  • Por una campaña electoral sin xenofobia, sin discriminación social, sin equívocos
  • EHGAM-DOK, 2008-02-17 # Agustín Unzurrunzaga · SOS Arrazakeria

1- La xenofobia, la desconfianza, el miedo, la fobia al inmigrante se ha intentado instalar en la campaña electoral de la mano de unos partidos políticos irresponsables. El más irresponsable de todos, el Partido Popular, aunque también C.iU. y Coalición Canaria se han zambullido en las mismas aguas.


Las propuestas avanzadas por el Partido Popular, más específicamente su “contrato de integración”, es una iniciativa de fuerte contenido xenófobo, que promueve y fortalece el racismo social, la tendencia a racializar los problemas sociales designando a las personas inmigrantes o a grupos genéricos de extranjeros extracomunitarios como causantes de los mismos. Construye un grupo de sospechosos de nuestros males reales o imaginarios, les aplica medidas especiales; y los juzga de forma genérica en función de unos rasgos atribuidos.


El racismo es polimorfo, e históricamente cambiante. Y conviene no alentarlo, sino rechazarlo en todas sus formas, sean estas las basadas en la liquidación de un grupo humano designado como raza mental inintegrable y cancerosa, en la superioridad de un grupo humano sobre otro, en el determinismo culturalista, en su forma institucional, en su forma simbólica, o como racismo social.


No hay que alentarlo, no hay que jugar con él, no hay que banalizarlo. Hay que desactivarlo y combatirlo. Y lo tenemos que hacer en el terreno de los comportamientos, de las ideas, de las prácticas democráticas y de las políticas sociales, promoviendo la igualdad y no la discriminación.


El Partido Popular está proponiendo lo contrario. No alienta la igualdad, sino que fomenta el miedo y la alarma social. No fomenta la igualdad de derechos y deberes, principio básico del funcionamiento de cualquier Estado de Derecho que se precie, sino que a la actual situación discriminatoria le añade la firma de un documento que la ahonda. Las normas básicas del funcionamiento de la sociedad deben ser para todos, incluso para el Partido Popular, que no debería impulsar medidas que violan principios básicos de las sociedades democráticas.


2- Pero tenemos más problemas, y graves, propuestas de mucho calado discriminatorio impulsadas por el Gobierno del Partido Socialista, que están pasando de rositas mientras nos ocupamos del ruido hecho por las del Partido Popular.


El Gobierno del Partido Socialista está impulsando con total impunidad y sin un mínimo de crítica, unas políticas sociales profundamente discriminatorias hacia la población extranjera. Por un lado, el popularmente denominado “cheque bebé”, para recibir el cual se exige a las madres extranjeras dos años de residencia legal. Por otro lado, las ayudas para que las personas jóvenes alquilen una vivienda, exigiendo a los jóvenes extranjeros la disposición de un permiso de residencia permanente.


Estas medidas discriminatorias suponen una auténtica carga de profundidad contra la práctica hasta ahora mantenida de no discriminar en materia de políticas sociales, incluso de no discriminar a las personas que se encontrasen en situación administrativa irregular. Estas medidas rompen con eso, e implican la aceptación de que también en materia social es lícito y conveniente discriminar, tal y como se hace en materia política.


A mi me parece que esto es gravísimo, que tiene mucho alcance y es tanto o más importante que el punto anterior. Y tiene un elemento añadido, cual es que en esa política discriminatoria que irrumpe en el mundo de lo social, los dos grandes partidos que se juegan la gobernabilidad del Estado están de acuerdo, y también la mayoría de los partidos representados en el parlamento.


3- Y un añadido a lo anterior: el juego de palabras equívocas que está impulsando el tripartido vasco. Una muestra de lo que digo es la presentación que de las ayudas de vivienda hizo el Consejero de Vivienda del Gobierno Vasco. En ella no se desmarcaba ni un solo milímetro de todo lo que de discriminatorio venía del Estado. Ni siquiera una triste alusión.


Otro ejemplo, los carteles que se han puesto en un montón de sitios sobre el empadronamiento. Son equívocos. El problema del empadronamiento no está, fundamentalmente, en las personas inmigrantes, la inmensa mayoría de las cuales sabe que es bueno y necesario empadronarse, y hacen muchos esfuerzos por conseguirlo. El problema fundamental del empadronamiento está en los ayuntamientos, y es a ellos a los que se debería haber dirigido esa campaña: a los alcaldes, a los concejales, a los secretarios, a los responsables del registro, porque es ahí donde están las dificultades. En general, si no se empadronan, no es porque no quieran, sino que, por diversos motivos, no les dejan los ayuntamientos en los que viven.


Hoy se está impulsando la redacción de una declaración de derechos y deberes de las personas extranjeras en la CAPV, que vista la práctica, incluida la más reciente, en materia de derechos, puede ser un envoltorio vacío. Si en materia de igualdad de derechos el Gobierno Vasco no puede ir más allá de lo establecido por el Estado, y hasta ahora ha sido así en temas de importancia, solo queda a salvo el discurso. No desprecio los discursos, sirven para crear un clima, para reforzar unas opiniones, para darles respaldo institucional, pero en materia de derechos son insuficientes. Y esto habría que corregirlo, y cuanto antes mejor.

> Berria: Politika > ZEROLO CRITICA A GALLARDON SU UTILIZACION POLITICA DEL COLECTIVO DE GAYS Y LESBIANAS

  • 'Contra su partido'
  • Zerolo critica a Gallardón su utilización política del colectivo de gays y lesbianas
  • El socialista afirma que el discurso del PP les lleva a perseguir a todo, 'como ocurrió en Polonia'
  • El Mundo, 2008-02-17 # EFE · Madrid

Pedro Zerolo, concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, ha asegurado que el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, "nunca ha sido valiente para mostrarse a favor de la plena equiparación" de los homosexuales, ni tampoco del reconocimiento de su derecho al matrimonio y a la adopción.


Zerolo ha destacado que el acuerdo firmado por el alcalde con el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) "no responde a la verdadera realidad" de éstos sino "a su propio proyecto personal". A juicio del concejal, Ruiz-Gallardón "desprecia a su partido" y por eso "le ha pasado lo que le ha pasado".


Sobre los derechos de gays, lesbianas y transexuales, Zerolo ha añadido que desaparecería la palabra "matrimonio" en el hipotético caso de que Mariano Rajoy se hiciera con la presidencia, y con ella "todos los derechos inherentes a la consideración de cónyuge".


"Esto nos expulsaría del Código Civil, que es tanto como llevarnos a la segregación y al apartheid", ha dicho Zerolo, quien considera que, en caso de que el PP ganase las elecciones, él se quedaría "sin marido".


Asimismo, se ha referido a la persecución que en su opinión han sufrido "las mujeres, los homosexuales y los inmigrantes" por parte del PP, y que podría llevarles "como ocurrió en Polonia", a "perseguir hasta a los teletubbies", ha comentado.